"Art for Art's shake"

El olor de un libro viejo. Viajar. Teatro. Las sonrisas de madrugada.

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El olor de un libro viejo. Viajar. Teatro. Las sonrisas de madrugada.

6 de diciembre de 2011

Octoberthetwentyfourth.





"Días felices que pasaron veloces
y
ahora arden en la memoria a fuego lento"


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Queman los recuerdos.
Añoraba el olvido que nunca le sonrío dejándole París, Canarias y sus cigarrillos de buenos días
en la cabecera de sus despertares.
Ansíaba dejarse ser plenamente sin tener que asesinar inconscientemente a la parte de ella
que le urgía marchar, volar
y
explorar
olores exóticos y miradas de pupilas negras brillantes
en esquinas de bares.
Sin tener que asesinarse cada segundo,
sin estar, a fin de cuentas, cada vez que entablaba una conversación,
o se cruzaba con unos bonitos ojos sobre esa opacidad alemana que le invadía.
O cada vez que una sonrisa amable le revolcaba en turbulentas sensaciones de duración ínfima,
que la elevaban de la reaficción de sus vaivenes.

Andaba, quizás, huyendo de ese verbo tan desgastado y vital,
tan cotidiano,
como el dióxido de carbono a través de nuestras fosas nasales.

Y no. Ya no. No se recuerda.
Trazos, pinceladas expresionistas de un cuadro extravagantemente colorido
que Van Gogh dejó por imposible, abandonado en una esquina sucia
entre platos y cucarachas de su casa en la Provenza francesa,
justo después de cortarse la oreja.

Tal vez la pura esencia del arte sea esa;
no ser, no estar.
Algo así como las fotografías en blancoynegro.

16 de noviembre de 2011

veintiochodeseptiembre2011.


Y llevando mucho tiempo queriendo escupir en papel todo lo que
ha recorrido sus jodidas venas, cada centímetro de cada uno de sus átomos,
asfixiándola como lo ha hecho la emoción ahogada de lágrimas o
el más puro y plancentero dolor de risa.
Muscular eso sí.
Y llevando muchos meses sin atreverse a amarrar la tinta de un boli
y dejar fluir cada trazo de su piel, cada arruga de sus mil sonrisas regaladas y todo lo que
lloró por esos ojos azules y blancas cejas frondosas
que no volverían a encontrarse con los suyos nunca más
sobre respiraciones terrestres.
Y llevando muchas conversaciones recreándoles en sueños, y
tras tantas notas fusas en pentagramas regidos por claves de do en tercera
y melodías disonantes...

decide cobijarse: pongamos jazz tranquilo, o blues mezclado con algo chill de fondo.

Conversaciones pasajeras de almas por las que -para qué mentirnos-, pagaría
por conquistar.
A penas un centenar de horas y revivirá recuerdos vagos de aquel piso en Jorge Vigón,
de bromas confidentes entre patos, patitos y coches blancos.
A penas cinco días para que recuerden su esencia física primera en el vaivén interminable de oxígeno y dióxido de carbono,
de sístole y diástole ya desgastadas,
de sangre
bombeante por sus sienes
y de fluir por este worn-out camino que va
abriéndose entre sus pies
con cada exhalación.

Sillas de madera impregnadas de un olor nostálgico a moqueta inglesa.
El casamiento, los padres de Tom; seamos tolerantes con la divergencia donde se cobijan las rarezas de las mentes temerosas de descubrirse sin barba al mirarse al espejo por la mañana.
Y sigue aguantando la mirada, Carla, digo... Kenza, no rías, haz uso de ese escenario teatral que te
transporte a siglos lejanos para ser políticosocialjodidamente aburrida, convencionalmente aceptada y querida.
Luego, claro, exige involuntariamente compresnión o palabras amables.
Gramolas, loros;
falta de sexo, de mucho, salvaje y sucio sexo.
Y falta de ti.
Apúntatela.


Alles raus, wais keine Miete Zahlt.

15 de marzo de 2011



Me gritas que luche
fight, fight, fight
y me tocas el corazón con la mano ardiendo;
cuida, aún está semihelado.

Como destripar una manzana sin tan siquiera haberle quitado la piel,
y con los dedos arrancarle las semillas que alberga en su eje.
Solías germinar en verde, en rojo, en amarillo
cambiar de un árbol a otro,
variar entre las ramas.
Cantidad exacta de oxígeno, agua y luz que hacía nacerte cada vez.

Te susurro que no hay suficiente luz para seguir nadando,
(me miento)
tampoco hay suficiente oxígeno en el agua.

Pero grítame que luche, remuéveme la conciencia
que yo te escupo, entre lágrimas, mis entrañas.
Grítame de vez en cuando que luche para que no me duerma.
Para que me arrepienta, y diga que "tal vez",
que aún albergamos esperanza.
Dime que luche, rómpeme las costillas y sácame el corazón por la garganta,
(esta vez quédatelo).

La nada ha matado a nuestro todo.

No me chilles que grite
que luche, que grite, que
chille, que luche.

No me desgarres
el jodido corazón con las uñas y las manos tan frías
que no lo siento.
Y sin sentirlo, mientras tanto,
pregúntame si aún camino hacia delante.


[Photo by my sis, Érika a.c]

8 de febrero de 2011

etched in the air


ella miró sus manos


y pensó que eran horas intempestivas
para recordar aquella vez
en aquel bar, en aquel callejón,
a la sombra de la preocupación,


cuando una voz de mujer
le susurraba que eran el vivo reflejo
de la fortaleza que tenía.

pero las miró más de cerca;
las sorprendió agrietadas
como si derepente hubieran envejecido
treinta años con un parpadeo.

El tiempo pasa, pensó; para todo.


lo acababa de volver a hacer.

tu jazz está naciendo.


1 de febrero de 2011




Intermitencia imprevisible la tuya
de aparecer como una sombra
entre dos postales de Europa.

Mis pisadas se mezclan en el más
inconsciente de los devenires griegos,
re-calcando tus apariciones inesperadas.

Que baños sin coherencia y humo se cuiden
del atisbo de nuestra no razón.
Prendiendo de eso que tú gastas
para que no desaparezca lo que falta cuando
todos se van.

Susúrrandome perdones con las manos,
resbalando cada letra por tus dedos, olvídate.
Olvidas la
p de 'principio' y la n de 'nunca más'.
Nunca lo consigues, siempre te tendré suplicando
los porqués con parpadeos de pupilas transparentes.

Ríndete, no hables. No digas nada con los labios.
Articula ese agridulce impulso con el más
caótico y el más
ahogado
de los gemidos.

Sécate la boca; ponte, Sol. Da paso a que alumbren
por la noches trozos de tierra suspendidos en el espacio
con esos livianos rayos y el dudoso repertorio de reflejos
desgastaos de tus modos.